Te conocí llorando


Sabes, hoy es martes, igual que aquel día que te conocí llorando en la micro. Estabas sentada justo en frente de mi, yo escuchaba música, pero al ver como la gente se volteaba a mirarte y en sus rostros se asomaba el asombro, supuse que algo malo pasaba. Baje el volumen, y te escuché hablando con alguien por celular. Era quien algún día fue tu pareja, y al escuchar tu voz tan quebradiza, entendí quien rompió con quien, entendí que lo amabas, pero él no a ti, sentí pena. Te había visto subir a la micro, te encontré muy bella, tus ojos, te he dicho que me encantan. Justo ese día andaba con chocolates en mi mochila, esperé a que colgaras, te toqué el hombre, puse el chocolate en frente tuyo y te dije “todo va a estar bien…”. Cuando bajaste me miraste y te regale una sonrisa, la que me devolviste de inmediato.
Al otro día, bajando a la universidad te encontré en la micro, nunca te había visto antes por las mañanas, te acercaste y me dijiste “gracias”, y entre risas broto sola una conversación, esas típicas de presentación. Nunca te dije que tú nombre te iba, tenias cara de Romina.
A la semana siguiente, empezamos a salir juntos a donde sea, y a la otra semana ya éramos algo más que amigos.
Y así, fue todo tan rápido, me deje amarrar por tu infinita entrega. Todos los días pasaba en tu casa, cuando tus padres no estaban, puedo decir que aprendí contigo cosas nuevas y hermosas, en verdad quiero guardarlas así.
Esas veces que íbamos al cine, nunca antes había entrado cinco veces a una película porque no podíamos verla completa, nunca te cansabas de mis besos, ni de mis abrazos, ni de mi perfume, ni de oler y mordisquear mi cuello. Y esas tardes arriba del techo mirando como el sol tiñe el cielo anaranjado escuchando todas esas canciones lentas y tranquilas, de verdad quiero conservarlas así.
A veces me sorprendías, parecía que en tu mundo no había otra cosa que hacer que estar conmigo, y a pesar de todas esas horas acostados, o simplemente abrazados, nunca me contaste algo de tu vida, ni siquiera supe quien era mi antecesor de aquel día cuando te conocí llorando.
Eres hermosa, y por eso debo dejarte, creo que me has cegado que aun que te entregara mi cuerpo no estaba amando, fue todo tan rápido que no me había detenido a pensar en esto, en menos de una semana ya habías dejado de pensar en aquel hombre que te rompió el corazón. Incluso me da pena recordar cuando me contaste de que esa noche de aquel día que te conocí no pudiste dejar de pensar en mi.
Pero creo que tampoco me amaste, que solo estaba para tapar un vació en tu vida, no quieres estar sola y nadie lo quiere en verdad, pero no te has dado el tiempo de conocer a alguien, siempre tomas las primeras oportunidades, y así es solo una relación vacía.
Termine hoy contigo, y te fui a dejar a la micro, donde ahora me llamas y lloras, y conozco tan bien esos llantos. Pero de verdad deseo que nadie dentro de la micro sienta pena, te obsequie un dulce y te diga que todo va a estar bien, lo digo porque desde un principio solo quise ayudarte y de verdad espero que no haya ninguna alma piadosa, ni romeos, ni solteros, para que alguna vez en tu vida conozcas a alguien del que te enamores simplemente por amor.

0 comentarios: